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VACACIONES, UN DESCANSO REPARADOR

VACACIONES, UN DESCANSO REPARADOR
Independientemente de los medios económicos disponibles, nos  organizamos para ir durante el verano a: la playa,  a acampar, algún lago o  un río, la idea es cambiar de ambiente y relajarse lo más posible.
Lo más difícil es el regreso a las actividades, retomar nuestras tareas, en algunas ocasiones después del descanso reparador resulta que llegamos más cansados, me pregunto entonces ¿cuál es el verdadero descanso?, ¿cómo descansar de nuestras preocupaciones; que estando de vacaciones nos siguen acompañando?
Muchas religiones tienen un día de descanso a la semana, los musulmanes el viernes, los judíos el sábado los cristianos el domingo. ¿Por qué?; por que Dios también descansó, dice la escritura que creó el mundo, los seres vivos, la flora y al hombre y la mujer, pero que el séptimo día descansó, Y, ¿por qué descanso?.  ¿Se habrá agotado con todo el trabajo que  le significó la creación?. Dice el libro del Génesis :  “Vio Dios cuánto había hecho y TODO ESTABA MUY BIEN”  Gen. 1, 31.  Puedo inferir que si TODO NO HUBIERA ESTADO BIEN, Dios no habría descansado.

La fe es una invitación a tener  una mirada diferente frente a los acontecimientos de la vida, un cristiano sabe que nada ocurre por casualidad, que es Dios quien lleva su historia y que el fin último de esta historia es llegar a la casa del Padre, la vida eterna  donde TODO ESTA MUY BIEN.

¿Estas enfermo, con problemas, no te comprenden…, piensas que lo que te ocurre no tiene solución?
¿Quieres realmente descansar?, ¿Quieres contemplar tu vida, tu historia, tu realidad de todos los días y ver QUE TODO ESTA MUY BIEN?. Esa paz interior es un regalo de Dios para todos sus hijos, para todos los que esperan en  Él, es decir, creen en Él. Entonces hay que pedirle a nuestro Padre ese regalo maravilloso del Espíritu Santo, que nos proporciona la paz, el consuelo, la paciencia, la sabiduría, la templanza, el dominio de si, en otras palabras contemplar QUE TODO ESTA MUY BIEN.
No sabes como orar, te cuesta hacerlo, tienen la impresión que Dios no escucha, repite cuantas veces sea necesario con el salmista:

“Levanto mis ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio?, el auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra”. Salmo 120, 1-2
Dejar de mirarse a uno mismo para levantar los ojos al cielo, es un acto de fe y todo acto de fe, tiene sus frutos.

 

GABRIEL DÍAZ ARÉVALO
LICENCIADO EN EDUCACIÓN 
MENCIÓN RELIGIÓN
ESC. RAFAEL SOTOMAYOR BAEZA
CORONEL
 Nota:  Imagen  capilla  es la que  está ubicada  en  Ciudad Mitad del Mundo ( Ecuador) Las flores  fueron   tomadas  en Parque Nac » Nahuelbuta»

 

 

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