
«HIJAS DE SANTA ANA» 150 AÑOS DE LA CONGREGACIÓN


Junto con dar inicio a la segunda semana de Adviento, tiempo que se nos invita a vivir una experiencia en el dinamismo de la fe, nos exhorta a ponernos de pie, subir a las alturas y mirar al
Oriente; se nos pide disponibilidad y empeño para emprender la marcha hacia el Padre celestial, por los caminos de la justicia y de la Misericordia de
Dios, las “Hijas de Santa Ana”, pequeña parte de la Iglesia, en y con la Iglesia celebra la apertura del jubileo 1 150 años de la fundación de esta Congregación religiosa misionera.

y madre, viuda a los 27 años, mujer íntegra con una fe firme como diamante en medio de las dolorosas pruebas de la vida, coloca un oído en la sociedad histórica que le toca vivir y el otro oído, lo coloca en el corazón de Dios, confiada en el amor del Padre providente que permite todo para nuestro bien, se pone de pie, no sin dificultades para hacer de su servicio incondicional a los hermanos
Hermanas Luisa, Clara y Adela, religiosas de esta congregación se sintieron gratamente sorprendida por el cariño, afecto y amor recibido por toda la asamblea que asistió a esta solemne eucaristía el domingo 6 de diciembre, en donde el templo parroquial rebosante de feligreses aplaudieron incansablemente a las tres consagradas misioneras que día a día recorren las calles y campos de nuestro Purén, para asistir a los enfermos, necesitados, ancianos y familias vulnerables, llevándoles la Palabra y Cuerpo de Dios hasta sus hogares.
“Para nosotras es muy grato ver el templo lleno, queremos agradecer en nombre de toda la familia religiosa Hijas de Sta. Ana, el que ustedes hayan acudido a nuestra invitación, a nuestra cita a este encuentro con el Señor y los hermanos. Estamos muy agradecidas y emocionadas, en especial de nuestro párroco que nos acoge; de nuestros diáconos que siempre nos demuestran el cariño y de todos ustedes porque esta presencia es signo del amor de Dios a los hermanos. Gracias por todo y que el Señor les bendiga abundantemente”– expresó la hermana Clara con voz entrecortada por la emoción.
Ciento cincuenta años con audacia y profecía, sobre las huellas de Rosa Gattorno, sirviendo a la humanidad, ofreciendo a los hermanos más pobres apoyo y consolación, cuidando de los pequeños, a todos materna atención” … fueron las palabras introductoras al fraternal saludo que la comunidad le interpretó con mucha alegría en el momento que se les hizo entrega a cada una de ellas un bouquet de flores en manos de nuestro sacerdote padre Carlos Aedo Méndez y los diáconos Javier Cofré y Héctor Castro, mientras los feligreses les brindaron
calurosos aplausos de gratitud y gracias a estas religiosas que el año 2016 cumplen bodas de plata en sus 25 años en la parroquia “ San Enrique” de Purén.
(Francisco Riffo Rodríguez, corresponsal)